La empresa UTE comenzó a instalar 23 grandes torres de uso eléctrico de 50 metros de altura y 20 metros de largo, sin antecedentes en un patrimonio cultural, reconocido y mencionado en libros y prensa de por lo menos más de 100 años.
En la obra que se está llevando adelante se emplean potentes retroexcavadoras que destruyen la riqueza arqueológica e histórica del país. Riqueza que debería ser defendida por los organismos del Estado como el Ministerio de Educación y Cultura y la Comisión de Patrimonio que sin embargo han incumplido con su labor y están permitiendo esta destrucción.
Pronto el paisaje de Estancia Buen Retiro - Castillo Morató será seriamente dañado como referencia de los uruguayos y las nuevas generaciones, degradando su valor patrimonial e histórico.
El lugar elegido como sitio para custodia y defensa, como antigua estancia jesuítica y ponderado por sus características singulares por el primer ciudadano legal de la Provincia Oriental, Francisco Aguilar, y el primer presidente constitucional de la República, Fructuoso Rivera, sufrirá daños irreparables.
El proceder de los organismos del Estado responsables de esta destrucción generará una mancha en la protección de los bienes patrimoniales de nuestro país que será imborrable, dejando el mensaje de que ante los poderosos intereses económicos el patrimonio ya no importa.